Historia del Río Camú

Este río, una leyenda viviente, esta fuente acuífera está ligada a la historia de La Vega, abrazando la accidentada anatomía de la ciudad y saciando la sed de todos los municipios, en sus aguas se bautizaron los primeros cristianos de América, han servido desde tiempos de antaño para bañar las ubérrimas tierras del valle de La Vega Real.

El Camú, utilizado en los principios del siglo XIX, para transportar las mercancías y productos agrícolas que dinamizaron la economía de esta región, para los cuales eran usadas goletas y barcas con base plana a fin de evitar que se atascaran en los puntos de poca profundidad.

Hoy, los veganos hemos empujado, cambiando el curso, ensuciando, contaminando y se le han extraídos de sus entrañas indiscriminadamente arena, grava y cascajo, maltratado y deforestando su cuenca y secado algunos de los arroyos que lo alimentan.

El que fuera en su tiempo romántico, el arrullo de la ciudad que se regocijaba ver al caudaloso Camú, rodeando la ciudad, hoy yace herido de muerte por que ayer rieron, gozaron y se bañaban en sus aguas. Ayer, el Río Camú, tenía un caudal de 5.00 Mt3/Seg. Hoy está reducido a menos de 0.35 Mt3/Seg. En tiempo normal y en algunos lugares puede ser cruzado calzado.

El maltrato de su cuenca, la deforestación, el secado de algunos arroyos que alimentaban su cauce, como también lo que fue el primer gran crimen que se haya podido cometer contra una ciudad la desviación del curso de un río, esta ofensa del hombre contra la naturaleza se paga con creces cuando estas adolecen de una programación de principios profesionales, técnicos, ecológicos, ambientales, inexactos, y sin fundamentos con resultado de la improvisación.

Con lo ocurrido, al Río Camú, el 18 de enero del 1955, cuando por orden de Rafael Leonidas Trujillo Molina, a petición del gobernador provincial de ese entonces se iniciaron los trabajos para la desviación del Camú, considerado en la historia de la República Dominicana, como la acción más devastadora, irresponsable y criminal contra un pueblo y su ecosistema irreparable y sin ningún resultado positivo salvo el interés personal de esa autoridad de conseguir beneficios personales, su afán de lucro, considerando él (el gobernador 1955), que unos terrenos de su propiedad eran afectados por la inundaciones y deseaba venderlo a un buen precio, en ese sentido convenció a Trujillo, a cometer esta ignominia contra la población vegana, delito atroz e inútil por no lograr contener las iras del Camú, que herido arremete con fuerza cada vez que se produce una avenida.

Este acontecimiento nefasto dio inicio a la degradación y perdida del caudal, ya que llevado a un cauce no natural sus aguas son drenadas por el terreno no preparado por el proceso natural además en esta obra no se cumplieron las normas establecidas por la ingeniería con planificación.

Este hecho, contó con la complicidad de una población que se mantuvo en silencio por miedo a la represalia de los sicarios de la tiranía, solo dos prestantes damas de esta sociedad se atrevieron a oponerse a este crimen quienes enarbolaron el estandarte de la dignidad ellas fueron; la profesora RHINA ESPAILLAT Y la Sra. DELIA GARCIA GODOY, la cuales fueron apresadas, únicas voces que se escucharon de indignación.
Las dos damas manifestaron que las grandes ciudades del mundo fueron edificadas a la orilla de los ríos y muchas de estas pasan por su centro, ya que en los inicios del mundo el hombre ha edificado cerca de las corrientes de agua.

Hoy esta generación ha pagado muy caro esta acción y las consecuencias han sido lamentables en pérdida de vida humana y daños materiales, el río se ha cobrado el mal que le hicieron.

El Camú, el principal río de la provincia de La Vega, nace en la cordillera central en la loma de la sal, en la reserva de ébano verde, haciendo un recorrido por las llanuras veganas y del Cibao central de 101 kilómetros, desembocando en el Yuna, en la provincia de San Francisco de Macorís, sus afluentes principales son: el río Licey con 64 Km, Jima con 39 Km., y los arroyos Yamí, Bayacanes, Pontón, Guaigui y Cenoví.
Su cuenca ubicada entre los paralelos 8-05 y 18 -21 de latitud norte y 70-30 y 70-38 longitud oeste, con un área de 2,351 Km2, donde habitan mas de 375,000 personas con una densidad de población superior a 145.9 habitantes por kilómetro cuadrado.

Desde del punto de vista económico su cuenca reposa sobre factores organizados, agropecuaria, pecuaria, zona franca industrial, industria, y un comercio floreciente, la mayor parte de sus habitantes se dedican a la agricultura siendo su principal producto el arroz, con un gran movimiento de recurso y empleomanía, ya que el 25% de la producción nacional proceden de su cuenca. La superficie es de 3, 288,352.00 millones de tareas de tierras de la que se cultivan el 80%.

El deterioro del principal río de La Vega, comienza después del poblado de Bayacanes, siendo la etapa más crítica al pasar por la ciudad, donde se hace más notable el envejecimiento del río, los desechos industriales, sangre de animales cuando lavan sus vísceras, aceite quemado de los lavaderos de vehículos y aun más los que los hacen en el mismo cause cercano a Bayacanes, sustancias orgánicas, basura, aguas negras proveniente de cloacas, sanitarios que descargan sin ningún tratamiento en la corriente, han convertido al Camú, en una cloaca en la que se extingue la vida y el agua.

Siendo el antiguo cause unos de los focos neurálgicos del Camú, ya que los pobladores de la rivera de este antiguo cause vierten todos, aguas negras, basuras, animales muertos, desperdicios sólidos, en fin todo va al río, constituyendo un foco de contaminación, una amenaza para la salud de la población, si se suma a estos la extracción de arena, y cascajo sin un ordenamiento racional y planificado por parte de las autoridades locales y nacionales. Hay que señalar que este abandono por parte de las autoridades.

Todo esto sucede desde hace años, ante la mirada indiferente y cómplice de un pueblo que no responde a defender lo que la naturaleza le ha proporcionado y de autoridades indolentes ante el drama grotesco del deterioro y más aún de su extinción, su eminente desaparición es cuestión de unos años.

Si no se toman los correctivos necesarios para evitarlo, estos afectarán a una población de aproximadamente 400 mil personas, al igual que cerca de 250 mil tareas de tierra, y la perdida de miles de millones de pesos en la producción agrícola de la región.

La salvación del Río Camú, es una obligación de los veganos y de todos los dominicanos sin distinción de posición social, económica, política, religiosa, en fin, un compromiso de esta generación. No se puede dejar que se muera.

 
© 2009 | El Río Camú | Creada y Disenada por Marielena Deschamps, Arturo Gonell y Franklin Bueno